Mi más sincero agradecimiento
Una de las bondades del idioma, al menos del español, es su versatilidad tonal. Digo, que a veces el tono empleado nos evita más de una coletilla superflua. Por ejemplo cuando pedimos un vaso de agua, por poner, con un tono lastimero: me podría poner un vaso de agua, es como si añadiéramos un por favor, sin necesidad de expresarlo.
En este sentido, hay palabras que ya son definitivas, como gracias. Se admite muchas gracias, pero gracias sinceras, es como si existieran agradecimientos falsos, que no fuesen de verdadera intención, lo cual contradice el término, la expresión y sobre todo el sentimiento. Además, dice poco de nuestra persona (si alguien acostumbra a darme las gracias sinceras y en algún momento me manda sólo las gracias, permítanme que sospeche de sus intenciones).
Rizar el rizo sería decir mi más sincero agradecimiento. O sea que tiene agradecimientos pequeños (o en poca cantidad) y agradecimientos enormes y colectivos. Curioso, no obstante.
Admitamos, como he dicho anteriormente, las muchas gracias, como frase hecha (el very thank you anglosajón), pero detengámonos en la soera prudencia. Con gracias basta y sobra, que a buen entendedor...
Este pequeño atentado puede enmarcarse en lo que yo llamo superlativísimo, del que hablaré más adelante, en otra entrada, en otro momento.
6 comentarios
volandovengo -
biblioaprenent -
Patón -
volandovengo -
Identidade -
Patón -
Está claro que un "Gracias" debería ser suficiente, pero al hablar, es más fácil decir un Muchas gracias que simplemente gracias.