Pequeño gran festival
VIII Festival Flamenco de Monachil
El flamenco en la periferia granadina es un valor a tener en cuenta. Pueblos como los de Ogíjares, Santa Fe o Armilla celebran todos los años por estas fechas su festival veraniego. El desplazamiento es mínimo, son como barriadas de la misma capital, y tienen el sabor y el frescor de salir de ella. El sábado 18, le tocó el turno a Monachil, que cumplía la octava edición de su fiesta flamenca. Sin ninguna pretensión y con un cartel no muy extenso, se dieron cita un puñado de artistas de peso reconocido. A saber: desde Jerez, y como cabeza de lista, vino Luis Fernández Soto, Luis el Zambo, que cerró el encuentro; Juan Pinilla, reciente ganador de la Lámpara Minera en el Festival de las Minas de la Unión; María José Pérez que, también este año, se hizo con el premio Don Antonio Chacón en el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba; y la joven Judith Urbano. A la guitarra estuvieron dos sensibilidades de las seis cuerdas del panorama granadino. En la primera parte Luis Mariano y en la segunda Ramón del Paso. El toque de color lo dio el baile de Isa Vega y su cuadro flamenco.El mayor de los Zambos sabe llegar al público. Es un cantaor rotundo, bien afinado y con un compás envidiable. Hizo tientos-tangos, soleá, malagueñas, fandangos y terminó por bulerías. Todos cantes de añeja tradición gitana, que terminaron de elevar la temperatura varios grados. Para abrir la noche, Juan Pinilla, cantaor tan enciclopédico como ortodoxo, dio muestras de su bien merecido galardón en Murcia. El cantaor de Huétor Tájar, con la voz algo rozada, nos dejó con la zambra que grabara recientemente Estrella Morente en su disco “Mujeres”, mineras, su palo estrella, alegrías y un recorrido por los cantes de Huelva. La almeriense María José Pérez, fuerte y delicada, rica en matices, muy chaconiana, brilló con la caña, granaínas, cantiñas y fandangos, que remató sin micrófono. No le hacía falta. De hecho, el sonido, sin grandes deficiencias, además de impertinente, fue un lastre que tuvimos que soportar toda la velada. A Judith Urbano se le dieron mejor los cantes de fiesta que los palos jondos. Con todo y con eso, la cantaora de la Zubia, con una voz aguda y aún por trabajar, interpretó granaínas, alegrías, tangos y fandangos. Para terminar, todos los artistas y algún añadido, cerraron con un fin de fiestas por bulerías.
P.S.- Como presentador de este Festival ofició el que suscribe. Es la segunda vez que actúo de maestro de ceremonias en un encuentro flamenco (el primero fue la noche flamenca del Parapanda Folk 2006). Fue una noche agradable, de risas y complicidad. Cuando se está a gusto las cosas salen redondas.
Mañana martes, 21 de agosto, presentaré el Festival Flamenco de Beas de Granada. Será otro reto: cada escenario, cada público es distinto. El jueves, en estas mismas páginas, daré una somera impresión de los resultados. Si sale bien, ya pueden contar conmigo para seguir gobernando desde el micrófono las citas flamencas que se presenten, pues a la tercera va la vencida.
En la foto: Luis el Zambo (© Daniel Muñoz).
2 comentarios
volandovengo -
manoloengeneral -