De feria en feria
Festival Flamenco de Beas de Granada
Hay artistas de la escena, ya sean flamencos, rockeros, teatreros o circenses, que se pasan como los titiriteros la temporada veraniega (y tal vez más) mostrando sus habilidades de plaza en plaza, recorriendo los pueblos de toda la geografía nacional. "Vivo en la carretera", que cantaba Miguel Ríos.
Resulta que el Festival de Beas, que fue el lunes pasado (madrugada del martes más bien), salvo algún cambio considerable, fue bastante similar al Festival de Monachil.
Esta noche actuaron: los flamantes ganadores de La Unión (Juan Pinilla) y de Córdoba (María José Pérez), la joven Judiht Urbano que, con bastante acierto, escogió temas festeros para ilustrar su entrega. Otro de los cantaores fue Manuel Palma "El Zahoreño" que, con su voz laína y bien modulada, sustituyó al tremendo Luis el Zambo del que disfrutamos en Monachil.
Entre los guitarristas, estuvo presente de nuevo el preciso Ramón del Paso, que no siempre se entiende con los cantaores, y el siempre inspirado Miguel Ochando, que acaba de sacar su primer disco, después de algunos ruegos y escaños, que se llama "Memoria".
En el baile también repitió, fuerte y convincente, Isa Vega y su grupo (César Cubero a la guitarra, Rudi al cante y Rafa Vega al cajón).
Previsible como el anterior (Monachil), pero distinto. Cada actuación es única. El ambiente cambia. El recinto era más grande, había mucho más público, quizá por ser gratuita la entrada, aunque era menos familiar, las palabras, los sones, los cantes... se perdían en el horizonte (¿agorafóbia?).
Como maestro de ceremonias, como ya anuncié, ofició el que suscribe. Hasta que no acaba el Festival no se aprecia el resultado. O sea, la tensión se mantenía de principio a fin. Incluso había momentos de titubeo, indecisión, agobio. Alguna voz anónima que enturbia tu presencia (la fiesta, el alcohol, ayuda mucho).
Pero al final recibo parabienes y felicitaciones, del público, de los actuantes, del alcalde (que si voy a volver el año que viene). El concierto entonces se apodera de mí. Yo pensaba que recibiría huevos y tomates. El promotor, sin embargo, quien me contrató, sólo valoró lo negativo, ni una palmada en la espalda. Aunque presiento que me seguirá llamando. Ésa es una de las manifestaciones del poder: mirar por encima del hombro. ¿Será un complejo de inferioridad?
3 comentarios
ma. -
volandovengo -
bukanero -
Enhorabuena por el afecto del público y los artistas.