Zapatero
Aunque no me faltan ganas, no voy a hablar de un presidente con actitudes impermeables y cejas circunflejas, ni del remendón que me ha reparado dos veces sin éxito el mismo zapato de suela deslenguada, ni siquiera del espiritual guerrillero mexicano encapuchado y su modelo bigotudo. Me refiero a los bichitos rojos, planos, con pintas negras que en estos tiempos abundan en nuestros campos (no confundir con las mariquitas).
El camino a mi trabajo se ha convertido en un pequeño cosmos de vida animal. Y, curiosamente, como en las ciudades medievales se separan por gremios. En las callejas del centro comercial se hallaban los especieros y los curtidores, las atarazanas y los plateros, los sastres y los barberos. Caminando a mi jornal diario, encuentro los pacientes caracoles, las caravanas de hormigas y las confiadas palomas, las mariquitas, las inquietas lagartijas y los zapateros.
Cada día, uno de estos micromundos adquiere protagonismo. Después de las lluvias, sin duda, son los caracoles. Y con el sol de plano, las lagartijas retozan.
El jueves y el viernes de esta semana pasada, la actividad desapareció por completo. Pero los primeros días, los zapateros tomaron la calle. Iban de dos en dos, la mayoría. Pegados por sus partes traseras. Era la eclosión primaveral. Se apareaban ajenos a la gente que pasaba, ignorantes de sus pisadas.
El miércoles quedaban tan sólo algunas parejas rezagadas (o lúbricas, que entre los insectos también debe haber buenos amantes) y bastantes fallecidos, caídos en la batalla del amor. (En el mundo animal, reflexiono, hay especies que se la juegan cuando deciden echar un polvo).
No sé si es una buena muerte, no sé si será determinante esta pérdida entre los cientos de insectos que salen bien parados. Lo que sí pienso es en la paradoja de que algunos arrojados zapateros fallecen bajo los zapatos de individuos anónimos.
6 comentarios
n0n0 -
Jesús Lens -
volandovengo -
ratoncillobibliotecus -
Pero caravanas y arrojados, apunto.
Gracias
volandovengo -
El Pinar -
Hoy en el trabajo me encontré una araña de esas grandes y finas ( me estoy acordando de nono, porque no sé su nombre técnico ) y me dispuse a cogerla hasta llevarla al jardín, antes de que la aniquilaran. No nos damos cuenta que estos insectos, arácnidos tienen su función en nuestro ecosistema.