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volandovengo

Grandes sorpresas desde Sevilla

Grandes sorpresas desde Sevilla

Los veranos del Corral. X Muestra Andaluza de Flamenco

En bastantes momentos hemos podido apreciar el toque flamenco y creativo de los hermanos Iglesias por separado, prestando su guitarra al cuadro de una bailaora o acompañando a algún cantaor. Hasta ahora, sin embargo, no hemos tenido la oportunidad de ver a los tres juntos compartiendo escenario, tocando alante, en un puesto que cada vez por derecho más se merecen.

Con un sonido impecable, sin fisuras, comienzan un tema libre para tres guitarras y percusión. Cuando han recibido la incondicional aprobación del público se van alternando en solitario o de dos en dos, para acabar de nuevo todos juntos. En la caja, un preciso José Carrasco añade belleza a cada una de las entregas si cabe. Comienza Paco por seguiriyas, para pasarle el relevo a Miguel con una soleá por bulerías. Eugenio propone aires de Cádiz, y se mantiene en el escenario para, con Paco, brindarnos bulerías que saben a levante en sus proemios. Miguel, quizá el más suelto de los hermanos sevillanos, realiza un delicioso toque por granaínas. Un solo de percusión da entrada a las guajiras de Paco, para terminar, como he dicho, las tres guitarras solapándose por bulerías.

Toda una sorpresa que casi se diluye con el baile tan arrojado y personal de Amador Rojas. A este bailaor sevillano ya lo pudimos ver metiéndose en el pellejo de Frida Kahlo este invierno en “Flamenco viene del sur”, pero era un baile, como su protagonista, encorsetado y oscuro. Nada que ver con este lenguaje nuevo, con esta propuesta tan arriesgada como sabrosa, uniéndose así a la estela que supo dejar Vicente Escudero y que han sabido vislumbrar bailaores como Israel Galván, Joaquín Grilo o Andrés Marín. El baile de Amador Rojas es una continua búsqueda, es un ejercicio de introspección donde el bailaor se mira dentro de sí y mira al universo, destilando palabras nuevas para decirnos que el flamenco es lo de siempre pero los prismas para verlo pueden ser muy diferentes. Amador disecciona los palos y los vuelve a unir. Huye del tópico. Entra en trance y no duda en improvisar si el cuerpo, si el nuevo idioma, se lo va pidiendo. Es elegante y femenino.

Su tremendo zapateado va marcando la seguiriya, preñada de tonás, que se desarrolla a palo seco. Un apunte por levante en las voces de Antonio Ingueta “El Rubio” y “El Pulga”, sirven para que el bailaor vuelva con nuevos bríos para, después de una entradilla por farrucas nada tradicional, hacerse grande por tangos. Unos tangos cargados de sensibilidad, frescura y esfericidad, que quedarán bastante tiempo en el recuerdo de los aficionados. Jesús del Rosario engrandece el espectáculo con su guitarra. Terminan, como es habitual, con una soleá que ralentizan o aceleran a voluntad, profundizando en la llaga que eleva a este bailaor al olimpo de los únicos.

2 comentarios

volandovengo -

Hay muy buenos bailaores y bailaoras. Estamos en un gran momento. Quizá el mejor de todos los tiempos, por mucho que digan los puristas y flamencólogos. Amador es un buen ejemplo de este crecimiento.

LETICIA -

Amador Rojas un gran bailador flamenco, el mejor de todos los tiempos, su baile es espectacular y nunca dejara de sorprendernos con su gran talento y coraje en el escenario. Ole ese peazo de bailador!