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volandovengo

Buenos aires

Buenos aires

Ya me gustaría conocer la ciudad bonaerense para escribir de ella. Ya me gustaría visitar la capital Argentina para opinar humedecido por sus recuerdos en primera persona. (En mis primeros estudios, este país se llamaba "La Argentina", con ese pedazo de artículo femenino delante, haciéndola como más familiar.)

Los buenos aires (o los buenos vientos) de los que quiero hablar tienen que ver con el tiempo meteorológico, con los soplos del cielo, con ventiladores astronómicos.

Y es este tiempo que enamora, finalizando el verano y anunciando un otoño que en Granada llega tan angosto como agosto extenso, que da gusto pasear, sentir la brisa, compartir la cuchara y el colchón.

Porque el otoño (su transformación, se entiende, la fina línea entre el calor y el frío) es una primavera más sepia. La primavera de los sueños y la remembranzas, la primavera de los solos.

El viento tiene casa en Turios, Grecia. Sus habitantes, agradecidos al viento del Norte, Bóreas fecundador de yeguas, por haber diseminado la flota extranjera que acosaba su ciudad, le pusieron al dicho viento casa y tierras de labor en su provincia.

Los viquingos sabían apaciguar los vientos cantándoles canciones que tenían mucho que ver con el píar de las aves. Los bizantinos los calmaban llamándolos por su nombre o mentando a sus padres. Y los príncipes de Bagdad dominaban a dichos vientos (algunos dicen que en calidad de esclavos, otros que a cambio de oro) para que les fueran propicios y adversos a sus oponentes.

Los árabes del desierto también han sido amigos de los vientos. Pero, sobre todo, la antigua China. Cuentan que el sabio Hsia Yuming llegó a establecer la familia real de los vientos del Noroeste, que soplaban sobre la montaña de las Dos Fuentes, reuniendo un total de cuarenta y dos vientos (más un muerto, un fantasma de viento nebuloso que acudía dos veces al año). Yuming amaba, entre todos, al viento dieciséis, que era lento y pacífico soplaba en abril, cuando las violetas.

2 comentarios

volandovengo -

Gracias Zu por tu apasionado apunte, que no hace más que afianzar mi deseo de conocer Buenos Aires (también me gustaría conocer Caracas), y con un amor mucho más.

Zu. -

Salí de Caracas a Buenos Aires... ciudad hermosa...La conocí en primavera, justo aterricé en Ezeiza el día 20 de Sep del 2006,antesala a la declaración de tan hermosa estación.... vientos fríos, que traían consigo el aroma de las flores, calido sol, bajo un cielo despejado, disfrutaba de un amor que me llenaba el alma y que aun cuando no lo tengo más, ocupa un inmenso espacio en mi corazón y recuerdo.
BsAs es la mezcla de lo pasado con lo presente, magestuosa arquitectura de teatros, y demás edificios, como el Teatro Cervantes... y de los más modernos Malls Galerías de arte, edificios de condominio. sus calles LaValle, Florida.... llenas de ayer y hoy,su gente con ese acento que enamora...Recuerdo Bs As y se me llena el alma de una nostalgia infinita.... ojalá la visites.. y disfrutes de ella!!! vale la pena.