Caprichos etimológicos
Falazmente se podría pensar que si el que roba no es robón y el que ladra no es ladrón, como el podólogo no es el que todo lo puede y dios es omnipotente y no el más robusto en la acción de Venus, el caracol no es el que mira una col, como el girasol, que sigue al sol comiendo pipas (con camisa nueva o no).
Esta polémica del origen de la palabra 'caracol' (centrada más bien en el témino 'carajo'), se la plantearon ciertos eruditos a finales del siglo XIX, que tuvieron todos la precaución de firmar con seudónimo.
Intuyendo dichos intelectuales derivaciones etimológicas, les dio por pensar que si el caracol miraba una col, el carajo miraba un ajo.
De resultas de esta lógica, surgieron los siguientes versos:
Preguntó san Pedro a Cristo
por qué llamó al caracol
’cara-col’; y dijo Cristo:
porque cuando lo he criado
miraba para una col,
que si mirara hacia un ajo
le llamaría ’car-ajo’
No conformes, los estudiosos con tal resultado, continuaron expeculando que ’carajo’ podría venir de Karaxos, que era el hermano de Safo de Mitelene, y designa también en esta lengua a taladro o punzón.
Juan Perucho aporta la siguiente anécdota. Estando en campaña Jaime I el Conquistador, antojósele incluir el ajo en su dieta, mas, no habiéndolos sino en el campo enemigo, sus capitanes arriesgaron el pellejo para hacer la recolecta. Al enterarse el monarca de que sus oficiales habían muerto por dar gusto a sus caprichos, "hubo de exclamar en catalán: Cars alls!, lo que, vertido al castellano, es ¡Caros ajos!".
Asímismo, añade Perucho, para probar lo castizo de la palabra, se exhumó el pasquín que en 1808 apareció en Madrid a propósito de Pepe Botella:
En la plaza hay un cartel
que nos dice en castellano
que José, rey italiano,
roba a España su dosel;
y al leer este papel
dijo una maja a su majo:
Manolo: pon ahí debajo
que me cago en esa ley,
porque aquí queremos rey
que sepa decir ’carajo’.
Salvando las distancias, la conclusión de esta coplilla, me ha llevado a recordar el "Por qué no te callas" de nuestro rey, en un acto de libertad sin efluvios espirituosos, el 10 de noviembre de 2007, dirigida al lenguaraz presidente de Venezuela, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, celebrada en Chile.
* Matas de ajos esperando a un caracol que las mire.
2 comentarios
volandovengo -
Alberto Granados -
AG