Chekara en el imaginario de Morente (o viceversa)
Sacromonte Cuna de Flamencos
Los Universos de Morente
Se impone antes de narrar los acontecimientos de este primer día del ciclo Los Universos de Morente, que tuvo lugar en el Museo Cuevas del Sacromonte dentro de la IX edición de ‘Sacromonte Cuna de Flamencos’ con la colaboración de ‘Granada Universo Flamenco’ de la Diputación de Granada, comentar el programa de dicho festival que, por otra parte, el organizador, Miguel Berbel, presentó en sus paalabras preliminares, donde con gran respeto dedicó estos días al desaparecido Enrique Morente.
El ciclo en cuestión se divide en tres bloques, que corresponden a las tres próximas semanas, ocupando los días de martes y jueves a recitales de música (12 €), y los miércoles a una muestra de cine (3€).
La primera de estas secciones, llamada Explorando caminos, consta de Entre dos orillas, de la Orquesta Chekara (martes, 16), de la que nos ocuparemos a continuación; del documental de E.R. Barachina Morente, El Barbero de Picasso el miércoles, 17; y de Incursiones en el Rock, con Antonio Arias, Jota, Florent y Eric (jueves, 18).
La guitarra toca a Morente es el segundo bloque, que contendrá el concierto Habichuela en rama de Pepe Habichuela, el martes, 23; el miércoles, 24, se proyectará el documental de José Sánchez Montes Morente Sueña la Alhambra; y la noche del jueves Juan Habichuela (Jr.), recién ganador del Bordón minero nos presentará La voz de mis adentros.
La tercera y última semana estará dedicada al Morente íntimo, con una charla Entre amigos, coordinada por Francisco Manuel Díaz y contará con varios amigos del maestro y algunos otros añadidos (martes, 30); el documental de ese miércoles será Recordando a Manuel Celestino Cobos ‘Cobitos’ (nº 2 de la Colección Flamenco y Patrimonio de Diputación de Granada). Todos los espectáculos comenzarán a las 22´00 horas.
La inauguración de este ciclo, como ya hemos dicho, corrió a cargo de la orquesta Chekara, como colaboradores en el pasado de Enrique Morente, que ya desde los años 80 participaron en comunión con el espectáculo Macama jonda de José Heredia Maya.
Unos tangos, de claro corte morentiano, sirven de presentación para unos músicos que no están alejados para nada del mundo flamenco. Vicente Gelo, al cante, hace cositas de Enrique dignas de aplauso. Tras esta entradilla, de la boca del cantaor se descuelgan unas palabras de agradecimiento, en las que reconoce al granadino un espejo en que mirarse. Sorprendentemente por tangos viene a ser también su segunda entrega, ilustrada con el baile de la sevillana afincada en Almería Maribel Ramos ‘La Zambra’. Puede que sus apariciones, junto al cante de Vicente y la guitarra de Emilio Maya, sean lo mejor de la noche. Maribel ha sabido entrecruzar el baile flamenco con la sinuosa danza oriental. Su zapateado, con el movimiento de caderas y de hombros y el juego de manos le confieren una estampa tan conseguida como original.
A continuación interpretan una versión de sus cantes abandolaos, que en su disco llaman Habib el Kamar, naturalmente acordándose el maestro que precede con un gran cartel el escenario, sobre todo en las rondeñas. En realidad todo el concierto estuvo constelado de letras del granadino en la voz respetuosa de Vicente.
Por farrucas comienza el siguiente tema, que encierra la copla La bien pagá con aires de tangos, e incluso tanguillos, para pasar rápidamente a los fandangos de Huelva, con una generosa introducción de flauta árabe (llamada nay) y algunas notas mantenidas en el órgano, con remate por bulerías, también coloreados por la sevillana, aunque vistiera de negro.
El piano coge protagonismo para exponer guajiras y garrotín alternos con agradables resultados. Las seguiriyas, conocidas como Mawal, con las que termina el recital, también estuvieron bien, a pesar de algunos gallos y desafines por parte de Jallal Chekara, voz y violín, y alma del grupo. El baile notable, como antes.
Como bis, completamente asumido, La Tarara, himno indiscutible de la orquesta, sonó muy malamente. Tan asumida tienen esta pieza que no se le presta la atención adecuada.
Jallal en baja forma, voces encontradas, aceleraciones sin justificar, ausencia de laúd, instrumento básico de la música andalusí, y, en cambio, un órgano estridente e incomprensible, etc. hacen de esta agrupación quizá la vez que menos me ha convencido. Espero que sea algo puntual. Por mi parte me quedo con lo bueno y seguiré subiendo como la cabra al Monte.
* Foto de Juan Güeto©.
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