Matar a un hombre
Hace poco, un caso judicial tremendo, aparecido en los medios de comunicación, nos conmovió a todos por la brutalidad y la sangre fría del asesino. No quiero dar más detalles ni recordar la espeluznante historia, pero, a lo largo del proceso, trascendió un detalle que se hilvana con mi historia. Alguien cercano al acusado declaró que en algún momento éste le había confesado que no se moriría sin haber matado a un hombre.
Es una prueba de hombría en diferentes culturas en tiempos de guerra o venganza (hombre por hombre, sangre por sangre, diente por diente). Es motivo en juegos de rol o como iniciación en una secta o en cualquier ‘tribu urbana’. Es una pasión o una fantasía donde el honor entra en escena.
Borges en su libro Discusión, de 1932, hablando de La poesía gauchesca, se acerca a este lance: «La verdadera ética del criollo está en el relato: la que presume que la sangre vertida no es demasiado memorable, y que a los hombres les ocurre matar. (El inglés conoce la locución kill his man, cuya directa versión es matar a su hombre, descífrese matar al hombre que tiene que matar todo hombre.) “Quién no debía una muerte, en mi tiempo”, le oí quejarse con dulzura una tarde a un señor de edad. No me olvidaré tampoco de un orillero, que me dijo con gravedad: “Señor Borges, yo habré estado en la cárcel muchas veces, pero siempre por homicidio”.»
Rodión Romanovich Raskólnikov, el protagonista de Crimen y castigo (1866) de Dostoyevski, mata a hachazos a una mujer sin razón aparente, porque la tenía que matar, para demostrarse a sí mismo la idea del superhombre que está por encima de la ley.
Memoro ahora una discusión a altas horas en una cueva del Sacromonte, cuando uno de los encarados dijo al otro: “Yo soy más gitano que tú”; lo que venía a decir que tuviera cuidado, que él era más lanzado, más hombre, capaz de cualquier cosa.
* Portada en ruso de una edición de Crimen y castigo.
11 comentarios
volandovengo -
GFP -
volandovengo -
Rossy -
volandovengo -
Rossy -
Me bebo la penúltima cerveza sin respirar. Me lanzo calle abajo y voy buscándote, sin buscar. No aguanto en casa solo, sin nada que hacer. Hablándole al espejo, tomando café, sin ideas y sin interés.
Sin, sin, sin amor me siento libre Pero algo me falta porque Sin, sin, sin amor, se hacen las noches eternas Y el cuerpo pide alguien a su lado Bienaventurado Pero aquí me tiene sin amor. Sin, sin, sin amor me siento libre, Pero algo me falta porque Sin, sin, sin amor, se hacen las noches eternas Y el cuerpo pide alguien a su lado Bienaventurado Pero aquí me tiene sin amor.
Me traigo a casa chicas delirantes, pero da igual. Despierto entre sus brazos y me aburro. Me siento mal. Son besos que se borran por puro placer. Palabras como el humo, hacer por hacer. Sólo son suspiros de mujer.
Sin, sin, sin amor me siento libre, Pero algo me falta porque Sin, sin, sin amor, se hacen las noches eternas Y el cuerpo pide alguien a su lado Bienaventurado Pero aquí me tiene sin amor.
No aguanto en casa solo sin nada que hacer hablándole al espejo, tomando café, sin ideas y sin interés.
Sin, sin, sin amor me siento libre, Pero algo me falta porque Sin, sin, sin amor, se hacen las noches eternas Y el cuerpo pide alguien a su lado Bienaventurado Pero aquí me tiene sin amor. Sin, sin, sin amor me siento libre, Pero algo me falta porque Sin, sin, sin amor, se hacen las noches eternas Y el cuerpo pide alguien a su lado Bienaventurado Pero aquí me tiene sin amor.
volandovengo -
¿600? ¡No somos nada!
Gastronomía Flamenco Punk -
Esa cita entre volandovengo y Rossy sí que está gritando, incluso por bulerías, para que se lleve a cabo. Aquí estamos el público expectante.
volandovengo -
Rossy, cuando nadie me ve, soy capaz de cantar por bulerías.
Rossy -
Gastronomía Flamenco Punk -
No hablemos de la vida de una mujer. Incluso en estos tiempos, ya bien entrado el s. XXI.