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volandovengo

La ausencia de ombligo

La ausencia de ombligo

La existencia de ombligo es propia de animales placentarios. Todos los ombligos son redondos, escribía Álvaro de Laiglesia en los años setenta del pasado siglo. Aunque anulares, ningún ombligo es igual a otro. Si no se hubiera centrado la ciencia en la yema de los dedos, habría centrado sus esfuerzos para identificar a una persona en el centro y centro del vientre, aunque sugerente, sería harto más complicado.

El ombligo es el botón de nuestra sexualidad. Existen dos rayas en nuestro cuerpo irresistibles: la una que pasa por los muslos, una cuarta por encima de la rodilla; y la otra que recorre el abdomen recogiendo en su medio el ombligo. (Hay quien carece de ombligo, pero por cirugía o controversias al nacer, aunque la marca siempre queda.)

Las sirenas no tienen ombligo, denuncian frecuentemente naturalistas y mitógrafos. Al ser paridas demediadas en pez, como sus congéneres, carecen de cordón umbilical y por ende de venter ipsum, es decir, de ombligo, que no es más que la marca o cicatriz que deja dicho apéndice al ser retirado.

El modo de formarse esta cicatriz dio lugar en otros tiempos a tremendas controversias para saber si era racional representar con ombligo a Adán y Eva, puesto que nacieron del barro y la costilla respectivamente y no a través del parto.

Joyce lo dice claramente en el primer capítulo del Ulises (1922): “Heva, Eva desnu­da. Ella no tenía ombligo. Mirad. Vientre sin mácula, bien abombado, broquel de tensa vitela, no, grano blanquiamon­tonado naciente e inmortal, que existe desde siempre y por siempre. Entrañas de pecado”.

En 1642, sir Thomas Browne escribe en Religio medid: El hombre sin ombligo perdura en mí (The man without a Navel yet lives in me), para significar, nos aclara Borges, en Otras inquisiciones (1952), que fue concebido en pecado, por descender de Adán.

* Vientre de la modelo checa Karolina Kurkova carente de ombligo.

2 comentarios

volandovengo -

Jajaja... Carmen, sería genial!

Carmen -

Cómo me gustaría que me detuviera la policía y tener que sellar la ficha con el ombligo. La vida así sería mucho más interesante, seguro seguro.