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Canales baila poco

Canales baila poco

Un espectáculo se valora tanto en su conjunto como en los detalles. El argumento, el mensaje, la realización y la puesta en escena, son importantes. También las luces y el sonido, la decoración y el vestuario. Pero sobre todo los actuantes, el cuadro y el cabeza de cartel. Antonio Canales presenta “Bailaor”, un evento de reflexión creativa, una obra que se va construyendo a medida que avanza, sin disponer un fin concreto. Una de las ideas, que Canales comenta en su programa, es cierta:”Me aprovecharé de los mejores intérpretes sin importarme su edad y condición”. De esta forma, los músicos que lo arropan son excelentes, empezando por los bailaores, continuando por los cantaores y los guitarristas y terminando por la caja que, aunque precisa, innecesaria en muchos momentos.

El conjunto en sí, vacío de contenido, con algunos momentos de gloria. Léase la soleá que baila Adela Campallo interpretada por el Pulga; léanse las alegrías-mirabrás que pasea elegantemente Oscar de los Reyes. Y es que Adela está en un buen momento. Y es que Oscar asume lo mejor de sus mayores (Farruco, Maya) y de sus contemporáneos (Flores, Grilo) y lo muestra con naturalidad. Y es que el Pulga; se sale, conoce a la perfección sus posibilidades y le saca provecho. Es un cantaor de estudio; es un cantaor de oficio. Y es que Miguel Iglesias y Juan Campallo a la guitarra forman un dúo de excepción, con arpegios, punteos y alzapúas que sobrepasan su labor de acompañamiento.

En cuanto Antonio Canales podemos decir que bailo poco, aunque dejó traslucir chispazos de sabiduría. Su baile es efectista y su taconeo definitivo (incluso lleva su propio tablao que sonoriza en demasía para que sus pasos queden patentes). Su ausencia de brazos es alarmante, las llamadas al reconocimiento son demasiadas, sus desplantes son parecidos y sus silencios sospechosos. Es difícil, no obstante, que un bailaor de bandera, como lo fue Antonio Canales hace años, con una farruca que cortaba el aliento, no retenga algo de lo que fue. Así fueron grandes algunos retazos de su soleá y de la seguiriya.

Como todo artista, sin embargo, tiene su público. El teatro estaba lleno y los aplausos y ovaciones constantes. Por mi parte, permitidme que me quede, como antes dije, con la segunda fila y conservar la primera para la foto.

* FOTO: Nono Guirado ©

** Texto rescatado: publicado el lunes, 07 de febrero de 2007

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